miércoles, 15 de octubre de 2008

La operación


Dulós:
“Mira bien estos pechos porque les quedan pocas horas de vida", bromeo con el enfermero, el cual se queda fascinado al verme tan animada y bromista. “Pobrecitos”, le digo. “¿Me los darán luego en un bote…?” El sanitario, que es más de la gresca que yo, consigue que me olvide de la operación con sus también divertidos chistes.
A las ocho y media en punto llegamos al Hospital de Madrid Sanchinarro. Eduardo y yo nos dirigimos al servicio de Medicina Nuclear. Deben marcarme el Ganglio Centinela –el primer ganglio de la axila al que llegaría el cáncer- para poder localizarlo y extraerlo durante la operación. Entramos cogidos de la mano. Me siento segura. Ando con paso firme. Me he dicho tantas veces que no debo desfallecer, que he acabado por creérmelo. Incluso demuestro alegría y optimismo. Entre esta prueba y el ingreso tengo que esperar un par de horas y decidimos ir a un centro comercial cercano a hacer unas compras. Lo primero es adquirir un montón de revistas: ¡ilusa de mí! Pienso que después de la operación estaré tumbada en la cama leyendo como una reina. También me paso por la sección de ropa de mujer, sin saber que me pasaré días sin encontrar nada que disimule mi “tabla de planchar pectoral”. Y así, de mostrador en mostrador, y poco a poco, en mi estómago van anidando multitud de bichos y bestias perversas que pretenden comerme mis entrañas. Volvemos al hospital, pero esta vez, mi cara está blanca y desencajada. Ahora no hablo y mi mirada está perdida. Dejo que Eduardo se encargue de todo. Llegan mis padres y mis suegros. Pretenden esconder su ansiedad y nerviosismo, pero les veo tan poco naturales como a un actor en su primer día de función. La enfermera, muy amablemente, me dice que me ponga la bata blanca del hospital ya que muy pronto van a venir a buscarme. Y así es. Y en ese momento empieza mi “drama”: Yo, Dulós, me tumbo en la cama… el camillero, con su sonrisa estudiada, empieza a empujar el lecho hacia el pasillo… me entra una congoja, un agobio y una presión en todo mi cuerpo… me ahogo, me falta el aire… ha llegado el fin de mi vida compartida con mis pechos, con una parte de mi cuerpo, de mi ser, de mi! ¡Y todo por una cruel enfermedad! ¡Maldita seas! ¡Grito, me rebelo, lloro! Me giro hacia mi pareja, mis padres y mis suegros y les mando con la mano temblorosa un beso a cada uno. Un beso repleto de amor y ternura… un beso por estar a mi lado en el momento de mi vida en que más miedo estoy pasando. Un miedo terrorífico y atroz. ¡Gritaría hasta morir! Se despide la Dulós “con pechos”, porque volverá la Dulós “sin pechos”. Ya en el quirófano, poco recuerdo. Sólo sé que había mucha gente alrededor. Me tiendo en la camilla, me ponen las vías, me dibujan en los pechos unas líneas y… ya todo es oscuridad.

Eduardo:
Llega el día de la operación. Es un cúmulo de nervios y sensaciones difícil de describir. Y el momento álgido es cuando se llevan a Dulós hacia los quirófanos. Mi recuerdo de ese momento es duro, durísimo. El momento de ver a tu pareja con la cara desencajada en la cama, llorando desconsoladamente y gritándote que no quiere ir…¡horrible!. Tuve que salir detrás de ella para consolarla, pero no había manera. Era como una niña pequeña muerta de miedo pidiendo ayuda. Y se marchó. Volví a la habitación, allí estaban sus padres y los míos. Qué vacía estaba sin Dulós, y ¡qué silencio! El hueco de la cama…la habitación parecía un campo de fútbol. No dejaba de pensar en lo duro que era para Dulós perder los pechos, lo que significaban para ella en todos los sentidos. Incluso en alguna conversación nuestra, había afirmado que después de la operación sería…”menos mujer”. Como Dulós no tenía suficientes miedos, encima tenía un hueco para preocuparse por lo que yo sentiría o pensaría. ¡Es una mujer increíble! Lo cierto, es que en lo último que yo pensé y pienso es en los pechos de Dulós, me preocupa bastante más su sufrimiento y todo lo que le quedaba por pasar, incluida la aceptación de su… ¿nuevo cuerpo?
Cuando a las tres horas y media salieron los dos cirujanos a comunicarme que todo había salido perfectamente, incluso el Ganglio Centinela… me tuve que contener para que no saltaran las lágrimas.

12 comentarios:

Álvaro dijo...

Bueno, el 15 de octubre yo puedo certificar que Dulós está estupendamente, muy animada, muy fuerte, y con ganas de seguir adelante. Pero no me sorprende. A los dos días de la operación, ya la vi dando ánimos y consejos a una amiga con problemas.

Un beso, Dulós.

Warrior dijo...

No sé qué palabras elegir, sobre todo después de haber leído las tuyas, Dulós. Tan sinceras, tan directas, tan emocionantes, tan descriptivas... Tan... valientes.
Y las de Eduardo, tan llenas de amor, de temor, de dudas...
Todo lo que se me ocurre es tópico, aunque verdadero: Que eres fuerte, que en un tiempo te reirás de esto -como ya has tratado de hacerlo-, que vas a valorar las cosas en la vida de otra manera...
¡Yo qué sé!
Estoy emocionada. Como cuando en el cine quieres ocultar tus lágrimas a los vecinos de butaca y lo único que hacen es no dejarte respirar y provocarte un punzante dolor en las mandíbulas...
Pero... ¿por qué las retengo? Si es bonito emocionarse, sobre todo al pensar en lo afortunada que soy al haber encontrado gente como tú en el camino de mi vida.
Puff! Ya están fuera...
No quiero ser noña, así que un beso enorrme y un abrazo cálido y reconfortante.
Sigue así, ¿vale?
"SÍ SIN TUS PECHOS"
Que se entere el mundo.

Lesmoñjut dijo...

Acabo de verte en telecinco, y no puedo más que admirar tu ánimo y valentía. Precisamente hoy publico en mi blog un artículo sobre el Dia internacional contra el cancer de mama que se celebrará este domingo. Así que, si sirve de ayuda para las personas que han pasado, pasan, o pasarán por lo que tu has pasado voy a ponerte como ejemplo, si no tienes inconveniente.
Mi experiencia con esta enfermedad es cercana ya que trabajo en la Sanidad pública y he ayudado, no sólo físicamente, sino psicológicamente a mujeres operadas a quienes se les había hinchado el miembro superior del pecho afectado tras la operación debido a la extirpación de varios o todos los gánglios linfáticos.
Un beso, y ¡¡¡ADELANTE!!!

Anónimo dijo...

Yo tb acabo de verte En tv mucha mucha suerte de verdad. ya tu pareja un saludo, porque tb son importantes.

patricia

Anónimo dijo...

Es increible la fuerza que tienes, la voluntad, el ánimo. Nos estas dando una lección de coraje a todos los que te queremos. Se me han saltado las lágrimas al leerte.Creo que tu blog servirá de ayuda a muchísima gente que esté pasando por lo mismo. No tengo palabras. Eres increible. Un ejemplo para todos. Te quiero. Natalia

Unknown dijo...

Acabo de leer tu blog y me he emocionado. Te muestras desnuda. Tal y como eres: una mujer franca, sensible y fuerte a la vez. Toda una campeona. Tu generosidad al compartir tu experiencia, tus emociones y sentimos es elogiable.
Me siento orgullosa de tener una amiga como tú... y gracias Dulos: gracias por mantenerte firme, gracias por tus ganas de seguir "pa delante", gracias por , apesar de todo, seguir siendo tú.

Besos,

silvix17 dijo...

Campeona!!! Lo estás cumpliendo, aunque le hayas cambiado el nombre... por cierto, me gusta más SIsinmispechos... recomendaré la lectura de tu blog a todo el mundo... y sigue con ese ánimo, que te sacará renovada y con más fuerzas que nunca de tu enfermedad... no hay nada con ser optimista y mirar a la vida de frente, como los dos lo habéis hecho. Te admiro mucho, guapa. Y no te acostumbres a salir en la tele, que luego no va a haber quien te aguante... vale? Bss

Mireia Camp dijo...

Ets genial, Dulós, T'estimo moltíssim! Gràcies per obrir-me els ulls a la VIDA.

La teva cosina
Mireia

Anónimo dijo...

Hola Dulós soy la Maria de Terrassa, y tengo la misma enfermedad que tu, tienes que tener mucha fuerza; ya veras como todo te va bien.
Animo!!!!!

a n i s h i dijo...

Gracias por tu intimidad, por tu experiencia, por contar con nosotras, porque para las que lo padecemos tu existencia es un soplo de aire fresco.
Un beso.
Ana

Sex Shop dijo...

Muy buenooo!!!!!!!!!

Lara dijo...

Gracias Dulos por mostrar toda tu experiencia tan natural, me operan en 15 días y no dejo de pensar en lo que será, gracias porque dices lo que nadie dice, gracias por ayudar y por dar tranquilidad, Dios te bendiga!