lunes, 13 de septiembre de 2010

Experiencia única con el cáncer


Mi preciosa amiga Cristina me ha mandado un maravilloso texto que su hermano ha escrito para todos nosotr@s. Cada una de las millones de experiencias que se vivan con el cáncer son, para mi, una joya... pero ésta, que nos explica David, os dejará sin palabras. Cada uno de vosotros que saque su propia conclusión.


Querida amiga Dulós:
Desde el instante en el que te conocí supe que eras especial. Lo que te ha pasado y cómo lo has vivido así lo demuestra. Si te digo que, a mi modo de ver, cualquier enfermedad, incluido el cáncer, es una bendición, puede que haya quien se lleve las manos a la cabeza. Quizá si lo digo yo, una persona "sana", no suene tan convincente como si lo dice mi propio hermano, para mi un héroe y una persona admirable que ha hecho que todos los que estamos a su alrededor miremos la vida con otros ojos.


Es posible curarse, y es posible hacerlo de un modo alternativo a la medicina convencional.

Comparto contigo, y con todas las personas que se acercan a tu maravilloso blog un texto que he pedido que él mismo escribiese para ti. Para todos vosotros.

Os lo mando con todo mi amor.
Te quiero.


"CÓMO HE APRENDIDO AL SUPERAR UN CÁNCER SIN TRATAMIENTO MÉDICO. CONSEJOS BASADOS EN EL ÉXITO DE UNA EXPERIENCIA.

Digamos que mi vida tomó una dirección diferente cuando, hace más o menos dos años, unos bultos aparecieron en mi cuello. Después de varias pruebas médicas (escáner, biopsias…etc) el diagnóstico era claro: linfoma no hodgkins en estadío 4. Esto, hablando en cristiano, es lo que llamamos un cáncer del sistema linfático.


Después de esta pequeña introducción, os contaré que el final de la historia es un final feliz. Pero no sólo porque mi cuerpo pudo eliminar esas “células diferentes” sin ningún tipo de terapia médica tradicional, sino porque aprendí que laenfermedad puede llegar a ser una enorme bendición y una gran maestra.


Pero iré por partes, la verdad es que aparte de mis padres, mi mujer y mis jefes del trabajo, nadie más sabía lo que me habían diagnosticado. Mi intuición me decía que el camino sería más llevadero de esta forma. Ahora, un par de años después, poco a poco voy compartiendo mi historia y espero que la misma sea una fuente de inspiración para cualquier persona….¡Ojo! No hace falta que la vida te ponga contra las cuerdas para aprender a valorar lo interesante que es cada detalle, cada persona y cada momento que nos es regalado.

Desde el diagnóstico, hasta lo que me dijeron que era “una remisión espontánea”(osea que estaba curado) creo que pasaron unos seis meses. ¿Pero, qué pasó en ese tiempo? Pues que comprendí una serie de cosas que creo que nos pueden servir a todos de guía, son las siguientes.

*Que para muchas enfermedades hay terapias naturales/alternativas mucho más efectivas que las que la ciencia médica y la mafia farmacéutica nos ofrecen. En mi caso, para llevar a mi cuerpo de nuevo a un estado de salud, lo que utilicé fue:

- La meditación y la relajación (cada día realizaba ejercicios en los que veía a mi cuerpo sano).
- El reiki (mi amadísima mujer aprendió conmigo esta técnica que juntos o yo en solitario usaba cada día).
- Una alimentación adecuada (principalmente vegetariana, alejada de lácteos, productos industrializados y azúcares. Es decir, un cuerpo que no está demasiado envenenado, trabaja mejor para sanarse).

*Aprendí que todos tenemos “cáncer” en todo momento, o un conjunto de células que se reproducen “alocadamente”, ¿entonces por qué a unos le afecta y a otros no?. Una de las soluciones a esta ecuación es el sistema inmunológico.

*La idea de mi sanación la tenía bastante clara, cuando nuestro sistema inmunológico está sano, puede con todo, es capaz de curar cualquier cosa (repito, cualquier cosa). Para ello, hay que saber que:

- El estrés inhibe este sistema de defensa del cuerpo (benditas relajaciones y meditaciones que siguen acompañándome cada día y hacen que pueda disfrutar y entenderme mejor)
- La comida en general es auténtica basura (aprende a comer sano).
Los medicamentos en general no son lo más recomendable (creo que llevo más de dos años sin medicarme con nada).

*Lo normal es que el ritmo de vida que tenemos genere que nuestros cuerpos sean muy “ácidos”. Por ello debemos equilibrarnos hacia un estado más alcalino con todos los métodos anteriormente citados.

No voy a extenderme con estos métodos, si queréis (permitidme tutearos) puedo sin problemas compartirlos con todo aquel que esté interesado, como ya hago a través de la página de la asociación sin ánimo de lucro que he creado tras superar la enfermedad para ayudar a quienes lo necesiten:


o en charlas personales y conferencias.

No digo que todos deban seguir mi camino, pero desde el principio elegí no utilizar terapias químicas o de radiación (ya que inhiben el sistema inmunológico). La gente se cura a pesar de estas abrasivas terapias que deberían desaparecer ya (lástima que sean tan lucrativas para las farmaceúticas).

Creo francamente que la gente que supera este tipo de desequilibrio del cuerpo, es aquella que experimenta un cambio de forma de ver y valorar la vida, son aquellos que se dan cuenta de sus prioridades, aquellos que quieren disfrutar su presente.

Y ahora os doy “mi secreto”.
La vida me ha enseñado que la enfermedad es una bendición, una llamada del cuerpo para explicarnos que hay algo que estamos haciendo mal, que hay cosas que debemos cambiar en nuestra vida. Estos avisos pueden serleves como una gripe (que no es más que una forma del cuerpo de decirnos que está agotado y necesita descansar) o más desesperados como un tumor (en este caso la llamada es más severa). Os aseguro que el cuerpo nos ha avisado a todos antes de llegar a este punto, con toques más leves que se van incrementando hasta llegar a ese cáncer, pulmonía, sida o lo que nos toque.

*Este puede ser el consejo más importante de todos:
Examina tu vida, siente si vas por el camino adecuado, si das valor a lo que realmente lo tiene. Para un momento y describe los objetivos de tu vida. ¿Vas a por algo? o eres una oveja más que bebecoca-cola, compra en el corte inglés y se cree a pies juntillas los objetivos de vida con que la caja tonta nos bombardea cada día. Pues hijo mío, ha llegado la hora de despertar.
Toma las riendas de tu vida, fíate un poco más de tus intuiciones y tus emociones. Estos simples pasos desembocan en tu felicidad ¡tu cuerpo te lo agradecerá! A mí ya me lo ha agradecido y yo hay pocos días en los que no agradezca el cambio que todo esto tuvo en mí. ¡Me encanta mi vida actual!

Busca y encontrarás

Un abrazo desde mis 34 años de caminar por esta vida
David"

viernes, 3 de septiembre de 2010

Tágico aniversario

Me traslado en el tiempo y me sitúo en el 20 de agosto de 2008: dos terribles imágenes sacudían mi cabeza: mi doctora diciéndome “tienes cáncer” y el avión accidentado de Spanair donde murieron 154 personas.


Se acaban de cumplir dos años de uno de los días más tremendos de mi vida, cuando cambió irremediablemente su valor y sentido. Y no había marcha atrás. Ese día no fui consciente de ello. Hoy… sí.


Nunca olvidaré la dura y cruel sacudida de sentimientos que viví ese dramático día. ¿Alguien conoce a quien no viviera de una forma más o menos cercana y dolorosa el accidente de Spanair? Yo no. A mí, además, me acababan de sentenciar.


Desde esa jornada de agosto, convivimos los “afortunados supervivientes del cáncer”, como yo, y los “dolidos” parientes de los fallecidos en el accidente. Ellos reclaman justicia para que sus familiares descansen en paz, pero… esperando se consumen día a día, llorando a unos muertos que todavía no entienden por qué dejaron su vida en un accidente de aviación que abortó un primer despegue, que no elevó sus flaps, y que se estrelló sin apenas haber levantado 12 metros del suelo.


Yo celebro mi segundo cumpleaños de vida. He luchado y he ganado. Pero los fallecidos en el accidente de Spanair no conmemoran su segundo aniversario, aunque los que les querían y amaban también han luchado por ellos.

A veces nos olvidamos que ayudar a un muerto no se hace tanto por él sino por los vivos que les quieren y recuerdan cada día.

Hoy quiero regalar un trozo de cielo a los fallecidos en la catástrofe aérea. Sí, de cielo, con sus maravillosas estrellas. Hoy, esta estrella es para vosotros:

Hace unos meses le pedía a mi amigo Alfonso que me regalara una estrella. Por supuesto, se lo dije como una “frase hecha”, como una gracia. Alfonso perdió a su hermana por cáncer, y nos hemos conocido a través de mi blog.

Nunca nos hemos visto personalmente, pero mantenemos una relación estrecha y muy cariñosa. Desde la muerte de su hermana, Alfonso se dedica a ayudar y animar a personas con esta enfermedad. Es como si así pudiera estar un poco más cerca de ella y llevar a cabo lo que quizá no pudo hacer por su hermana… Cuando le pedí la estrella, se puso manos a la obra, y a los pocos días… ¡por supuesto que me la mandó! Yo no cabía en mi asombro. Es un ser maravilloso. Deberíais conocerlo.


http://www.facebook.com/l/bb126YuQ2aIzE53KYc37b856NA;36norte6oeste.blogspot.com/2010/05/una-estrella-para-dulos.html


Con permiso de Alfonso, hoy os cedo la estrella. Es para vosotros, los fallecidos en el terrible siniestro, y también para vuestros familiares, padres, hermanos, hijos, tíos, amigos… Ellos saben que estáis ahí, en ese lugar tan maravilloso.

Y yo, todo lo que pueda hacer por y para los enfermos de cáncer... que tambén es ayuda para mí, lo haré. Una gran parte de mi vida la dedico a ello!!!!

jueves, 19 de agosto de 2010

No te puedo perder...


















Cristina es una chica especial. Cuando la conocí, su cuerpo transmitía luz, reflejaba fuerza y a la vez ternura. Había superado el casting para ser reportera de televisión en el programa “Directo a la noche” de Telemadrid, que yo subdirigía. En ese duro y estresante trabajo nació nuestra bonita amistad.

Cristina Serrato es una “artista”. Cuando enciendo la televisión la encuentro en todas partes: en anuncios, en diversos papeles de series de gran audiencia, como Hospital Central, Yo Soy Bea, El Comisario, El Síndrome de Ulises… También ha hecho teatro, cortos, ha posado para portadas de discos, es modelo… la lista es interminable. Yo sé que muy pronto hará el papel estelar de su vida y... ¡eclipsará el cielo y la tierra!



Cristina también es bailarina y cantante de ópera y zarzuela. Recientemente acompaña al micrófono a Agustín Galiana formando “ The Garbo”, un grupo musical con una estética años 20 y una propuesta musical que fusiona diversos estilos.


Y el pasado sábado 26 de junio presentaron su primer álbum en la sala Galileo Galilei de Madrid. Fue un gran éxito. Yo asistí con un amigo común, Santiago, también reportero y compañero del programa “Directo a la noche”. Nos gustó el concierto y al final aplaudimos como locos, casi nos dolían las manos…


“Le secret de ma mère! es el nombre de este álbum de “The Garbo y contiene 12 temas musicales, que son interpretados alternando tres idiomas, inglés, francés y castellano. La puesta en escena es realmente original, y hace gala de una gran elegancia y sensualidad, sin perder la sencillez escénica. El ambiente melancólico te envuelve, te hipnotiza…

La noche acabó en un restaurante cercano, donde fuimos a picar algo con unos amigos de Cristina. Conversamos de todo un poco, de lo divino y de lo humano, y una de las primeras cosas que Cristina me dijo fue: “la vida es esto, es este instante. No malgastemos la vida pensando en lo que haremos, en lo que queremos ser… disfrutemos el momento”. ¡Gran afirmación! Aún tengo colgada en la puerta de mi nevera la carta que me escribió Cristina nada más acabar el programa de Telemadrid. En ella me decía: “En este ciclo de mi vida has sido importante para que yo pueda creer en mí. Si no hubiera sido por tu humanidad y comprensión, muchos hubiéramos caído en la desesperación… He aprendido mucho profesionalmente, crecido humanamente y sobretodo, conocido personas maravillosas que se quedan en mi recuerdo para siempre, entre ellas tú. Ojalá que volvamos a encontrarnos por esta aventura de la tele… en un clima de solidaridad, unión y felicidad como el que tú si has sabido transmitir”.

Cristina, eres grande. Sabia. Un amor. Gracias. Te quiero, lo sabes.

sábado, 14 de agosto de 2010

Doctor... ¡no quiero ser coja!














Me he quedado coja. Si. Tengo la pierna derecha 1,7 centímetros más corta que la pierna izquierda. Con lo cual, ando torcida y desgarbada.

Siete meses después de haberme roto la cabeza del fémur, el traumatólogo me ha confirmado esta “cruel realidad”. ¡Sólo me faltaba esto! Y no es que sea un mal gravísimo, no. Lo que pasa es que… no quiero ser coja. Y si no soluciono el problema con rapidez, esta mala postura al andar me producirá desviaciones en la cadera y en la columna vertebral.


La visita con el doctor Truan, que me atiende desde hace ya años, la calificaría de “curiosa”. Llegué muy animada, convencida de que pronto podrían implantarme una prótesis de cadera para alargarme la pierna.


El médico, al estudiar las radiografías y calcular la diferencia de longitud entre una pierna y otra, exclamó: “es la primera vez en mi carrera que después de una rotura de cabeza de fémur veo que haya quedado tanta desigualdad entre las dos extremidades”, a lo que respondí: “si es que soy una joya, lo pillo todo”. “Que raro, que raro…” musitaba el doctor.


Yo insistía en que me operara, que me implantara la prótesis, pero me explicó que es una operación muy complicada y delicada, y que sólo la hacen con personas mayores. Además, tiene una vida de unos 12 ó 15 años, a lo que contesté: “no pasa nada, yo me muevo por los quirófanos como Pedro por su casa. Me vuelves a operar y me pones una nueva.” Pero él, tajante, me dijo: “No, no me vas a convencer.”


“Doctor…”
“¿Si?”, contestó.
“No quiero ser coja” le espeté.
A lo que cariñosamente me dijo: “Ya lo se. Mira, te pones unas alzas y estarás preciosa, ya lo verás. Además, sería más fácil cortarte la pierna izquierda que alargarte la derecha.”
Los dos sonreímos… aunque no me hubiera importado ser un poco más baja.

Los zapateros estarán encantados conmigo. He empezado a poner alzas en mis zapatos y no sale nada barato. Ahora, sólo queda que mi cuerpo se adapte a andar con ellos, porque entre tanta inmovilización, las muletas y caminando coja, mi cuerpo se ha viciado, y no acabo de andar erguida. Pero todo se andará, y nunca mejor dicho.


viernes, 6 de agosto de 2010

Amigas generosas






Con Beatriz Trapote habíamos quedado para tomar un café la semana que, precipitadamente, marchó a “Supervivientes, Perdidos en Nicaragua”, y naturalmente, tuvimos que posponer la cita para el regreso.

Bea y yo somos buenas amigas desde hace años y la quiero mucho. Es muy buena persona y tiene buen corazón. Tiene personalidad, un carácter fuerte y es muy segura de sí misma.

En las primeras emisiones de los programas del reality de T5 no podía soportar cuando la veía llorar o angustiada, y le dejaba mensajes de ánimo o apoyo en su e-mail personal o en el facebook para que los leyera a la vuelta. Es lo que creo que hacen las buenas amigas.

Cuando fue expulsada y volvió a España, la llamé. Charlamos como dos cotorras, y nos dimos cuenta que debíamos quedar a comer, porque sino saldría humo del teléfono.

Nos citamos cerca de T5. Ante un plato de ensalada y un gazpacho, hablamos de millones de cosas, entre saludo y saludo a compañeros de la cadena. Por supuesto, Bea no olvidó, como siempre, preocuparse por mi estado de salud, aunque dijo que mi aspecto era inmejorable.

Beatriz Trapote quería pedirme un favor. Me explicó que una amiga de Malena Gracia estaba ahora pasando por un cáncer y que sería reconfortante que pudiéramos conocernos. Bea sabe muy bien que las que hemos pasado por esta enfermedad somos grandes consejeras para las que lo están sufriendo. Y ella quería poner su granito de arena. Le dije que si, sin dudarlo, y se puso manos a la obra. No perdió ni un segundo… y organizó una cena para el día siguiente.

Y allí estábamos sentados a la mesa Bea, Malena, Yolanda, un encanto de mujer que acaba de recibir quimioterapia y radioterapia, su esposo y yo. Cenamos en el restaurante “por excelencia de Madrid” Lucio.

Por cierto, Lucio, que nos atendió como siempre de maravilla, sigue jugando todas las noches su partidita de cartas con sus amigos en el local con el puro en los labios, no sin antes, habernos contado unos cuantos chistes y anécdotas. Nos aseguró que si su local estuviera en Marbella, Michelle Obama seguro que hubiera ido a probar sus huevos estrellados ¡Quién tuviera su energía a su edad!

Y en nuestra mesa, la cena se alargó hasta la madrugada, y luego, todavía nos dimos un buen "bailoteo" en una discoteca cercana. Yolanda es una mujer que lleva bastante bien su enfermedad. “Los días que estás mal físicamente, sabes que tienes que pasarlos. No hay más. Lo aguantas lo mejor que puedes y ya está” nos explicó. “Lo que llevo mal” continuó “son los problemas psicológicos”. “Qué quieres decir” le pregunté. “Pues que muchos días no puedo hacer nada, ni dormir, ni leer, ni ver la tele, ni estar tumbada en el sofá, ni nada de nada… lo paso fatal”.

Durante la cena hablamos sobre el cáncer… Malena también vive de cerca esta enfermedad en un familiar directo. Pero también hablamos de la vida, de nosotras, de uñas postizas, de la comida, de la amistad, de la isla, de Víctor… No hablamos de Rafa Mora ni de la Legionaria.

Yolanda me pareció una mujer muy luchadora. Me gustó cuando dijo: “al diagnosticarme la enfermedad, tenía claro que no podía morirme… es que tengo dos hijas y no las podía dejar solas.” Su expresión y mirada reflejaban una gran ilusión por vivir. Y lo conseguirá. Pienso que no hay nada más importante en la lucha contra el cáncer que tener pensamientos positivos, fuerza y esperanza. Y ayuda, en este caso, de un marido especial, y de amigas tan cariñosas, tiernas y generosas como Malena y Beatriz. ¡Besos para ellas!

lunes, 21 de junio de 2010

De nuevo, miedo en el cuerpo


















Dulós:
Es increíble cómo pasan de rápido los meses cuando uno desea que lo hagan despacio, y lo lentos que discurren cuando uno ansía que vuelen. Ya he superado con éxito dos revisiones de cáncer, y de nuevo me toca pasar por el “preceptivo examen”, al que yo llamo con cierto sentido del humor pasar la itv. Tres meses entre revisión y revisión son muy pocos, y entre que vas a la cita con el médico, te encarga las pruebas, te las haces, te dan los resultados y vuelves a ver al médico… ya has perdido un tiempo valioso que hace que de los tres meses sólo disfrutes de dos sin visitar hospitales y consultas. Ahora estoy en la plena tercera revisión, y otra vez mi cuerpo y mi cerebro están en estado de alerta, de nerviosismo y de angustia. Me cuesta dormir. Y aunque intento controlarme, en algunas ocasiones mi humor me traiciona. Me esfuerzo por pensar y creer que todo saldrá bien, pero sé que las posibilidades de recaer durante el primer año son elevadas. Esa idea martillea mi cabeza constantemente. Es inevitable. Aún así, me levanto a una hora razonable, me arreglo, peino lo mejor que puedo mis complicados cabellos –rizadísimos como secuela de la quimioterapia-, me alimento bien… y acudo a las pruebas médicas con la sonrisa en los labios…


De momento, me han encargado análisis de sangre, una colonoscopia –para controlar el cáncer de colon- y tengo pendiente una cita con la oncóloga, que me encargará una ecografía mamaria y otra abdominal para descartar un cáncer de mama o cualquier otro.

La colonoscopia es especialmente desagradable. Debes seguir un régimen estricto tres días antes de la prueba –hasta aquí todo bien-, pero el día antes sólo puedes ingerir líquidos y un "brebaje" que te vacía completamente los intestinos. ¡Te pasas la noche en el lavabo, con un dolor de tripa impresionante! Además, debes guardar ayun0 total durante 8 horas. Es un auténtico calvario. Mi doctor, Juan Gómez Durán, aunque sólo me ve una vez al año, siempre se acuerda perfectamente de mi historial clínico, algo que los pacientes agradecemos muchísimo. Es una eminencia en su campo: especialista en aparato digestivo. Hace poco recibió una distinción de manos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
En junio también coincide la revisión semestral del ginecólogo. La pastilla diaria que tomo de tamoxifeno que evita mi recaída en el cáncer de mama, sin embargo, puede provocar cáncer de endometrio -mucosa que cubre el interior del útero-. ¡Prueba superada! Mi ginecólogo, el doctor Manuel García Marcos, tan cariñoso y amable como siempre, me ha asegurado que estoy fenomenal y que aunque tengo dos miomas en la matriz (uno de 4 cms de diámetro), “si a mí no me preocupan nada, a ti te deben preocupar menos”. Con una amplia sonrisa me despedí de él, y quedamos en volver a vernos en enero.

Otro de los médicos que también he visitado es el doctor Martínez Murillo, mi cirujano plástico. Por cierto… si vamos sumando doctores a los que visito cada tres meses… son muchos, ¿verdad? En el fondo, creo que morir, no moriré por ahora, porque controlada, ¡estoy controladísima!

Hece ya un año y medio que estoy en sus sus manos, y me siento contenta por haberme convertido de nuevo en mujer. Pero hoy, yo tenía una queja. Lo primero que le dije fue:

- “Doctor, un pezón mira hacia Cuenca, y el otro hacia Badajoz…”
El médico examinó mis pechos y pezones, y me explicó:
- “Las prótesis no ocupan el mismo espacio en el interior de tu pecho. Una está más expandida que la otra. Cada día tienes que presionar tu mama izquierda para lograrlo. Si en 4 meses no lo conseguimos, habrá que operar, y abrirle más espacio”.
Cada noche, ante el espejo, una y otra y otra vez, oprimo con fuerza mi mama izquierda… Son muchas las secuelas físicas que te deja el cáncer, pero no esperaba una de este tipo. Aprieto mi pecho, y me lo tomo como un divertimento mientras escucho música…

He sumado ya muchos médicos. Cuando vuelva a escribir, el total habrá aumentado. Confío en que todas las pruebas salgan bien. Necesito creerlo. Por mi, por mi vida…