Dulós:
No os podéis imaginar la alegría que sentí el viernes al ver de nuevo la zona de quirófanos del Hospital de Madrid Sanchinarro donde el 23 de septiembre perdí mis pechos. Era como volver a lo que yo pensaba que era el patíbulo… pero donde no encontré la muerte, sino el inicio de mi salvación. Me reencontré con los celadores y las enfermeras y enfermeros. Les saludé con mucho cariño, porque me vino a la mente la ternura con la que me atendieron en aquellos difíciles momentos, aunque para ellos hoy no era más que la paciente número dos de esta mañana.
Dos doctores se acercaron a mí y me pidieron permiso para mirar mi escote. “¿Qué pasa?” les pregunté. Y me respondieron: “Tenemos un conflicto de espacio”. Me iban a colocar un Port-a-cath, que es un catéter que se introduce bajo la piel en el tórax que lleva un tubo que va a una vena cercana al corazón, la subclavia, y sirve para evitar pinchazos en los brazos durante la administración de la quimioterapia. El catéter del Port-a-cath va unido a un reservorio o receptáculo de titanio con silicona y que es lo que se pincha con unas agujas especiales. Los cirujanos, al ver mi escote, se dieron cuenta que ya llevo dos reservorios de titanio para rellenar los implantes de mis pechos. Y era complicado colocar este tercero en su espacio habitual. Así que decidieron colocarlo unos centímetros más arriba, casi tocando al cuello.
Todo listo. Los celadores me entran en el quirófano. Estoy tumbada en la camilla. La intervención es con anestesia local, y yo, ilusa de mi, pienso que no va a ser dolorosa. El doctor Díaz Conradi va a “pincharme” la anestesia local. Grito de dolor. Me ha clavado la aguja en el hueso. Y hace mucho daño. No me lo esperaba. “Esto es para que luego te duela menos”. Me convence. “No te preocupes, que te iré explicando todo lo que te haga”. A los pocos segundos, siento como si un cable me atravesara el pecho. “Por favor, doctor, pare, pare, por favor”. Evidentemente, no me hace caso. Y el cable sigue penetrándome… “¿Por qué noto tanto dolor?” “Porque los nervios no se duermen”. Me siento estafada con la anestesia local. Es un sufrimiento tan extraño, diferente y profundo que decido que, o la intervención se convierte en una tertulia o no lo voy a resistir.
En el quirófano, el cirujano me obliga a tener la cabeza girada hacia mi lado izquierdo. Allí está trabajando un enfermero con el aparato de rayos x que le va proporcionando al doctor imágenes casi instantáneas de mi tórax. Lleva un traje protector un tanto estrafalario. No puedo dejar de mirarle. “¿Y este traje?”, le pregunto. “Es para protegerme de los rayos x, porque este trabajo lo hago todos los días… bueno, en realidad lo llevo porque me sienta bien”. Consigue que sonría y que me relaje un poco. De repente, dejo de escuchar la máquina de los latidos del corazón y oigo un pitido uniforme. “¡Me he muerto!”, exclamo. Pero no es que mi corazón haya dejado de palpitar, no, es que los pitidos de esa máquina correspondían a frecuencias del bisturí. Durante los siguientes minutos no paro de hablar. Les digo que lo hagan todo extremadamente bien, porque estoy escribiendo un blog, y lo explicaré todo en Internet. Ríen y prometen una intervención perfecta.
Las manos del cirujano siguen trabajando y el dolor no se detiene. Ahora el doctor ya ha colocado el reservorio en mi cuerpo y oigo un ruido parecido al de una sierra y empiezo a oler a quemado. Un enfermero me dice que “así estamos por dentro de quemados” y consigue hacerme reír. “Yo creo que lo que queréis es hacerme a la parrilla”. Y así, tontería tras otra, me siento menos angustiada.
A la media hora, el cirujano, por fin cierra la herida, me ponen unos vendajes, y me llevan a la habitación del Hospital de día, donde una vez supervisada por el médico, me dan el alta. 3 días con calmantes y 20 sin hacer fuerza con el brazo derecho. Cuando me pregunten por la colocación del Port-a-cath, seguro que sólo recordaré la agradable tertulia que organicé en el quirófano.
No os podéis imaginar la alegría que sentí el viernes al ver de nuevo la zona de quirófanos del Hospital de Madrid Sanchinarro donde el 23 de septiembre perdí mis pechos. Era como volver a lo que yo pensaba que era el patíbulo… pero donde no encontré la muerte, sino el inicio de mi salvación. Me reencontré con los celadores y las enfermeras y enfermeros. Les saludé con mucho cariño, porque me vino a la mente la ternura con la que me atendieron en aquellos difíciles momentos, aunque para ellos hoy no era más que la paciente número dos de esta mañana.
Dos doctores se acercaron a mí y me pidieron permiso para mirar mi escote. “¿Qué pasa?” les pregunté. Y me respondieron: “Tenemos un conflicto de espacio”. Me iban a colocar un Port-a-cath, que es un catéter que se introduce bajo la piel en el tórax que lleva un tubo que va a una vena cercana al corazón, la subclavia, y sirve para evitar pinchazos en los brazos durante la administración de la quimioterapia. El catéter del Port-a-cath va unido a un reservorio o receptáculo de titanio con silicona y que es lo que se pincha con unas agujas especiales. Los cirujanos, al ver mi escote, se dieron cuenta que ya llevo dos reservorios de titanio para rellenar los implantes de mis pechos. Y era complicado colocar este tercero en su espacio habitual. Así que decidieron colocarlo unos centímetros más arriba, casi tocando al cuello.
Todo listo. Los celadores me entran en el quirófano. Estoy tumbada en la camilla. La intervención es con anestesia local, y yo, ilusa de mi, pienso que no va a ser dolorosa. El doctor Díaz Conradi va a “pincharme” la anestesia local. Grito de dolor. Me ha clavado la aguja en el hueso. Y hace mucho daño. No me lo esperaba. “Esto es para que luego te duela menos”. Me convence. “No te preocupes, que te iré explicando todo lo que te haga”. A los pocos segundos, siento como si un cable me atravesara el pecho. “Por favor, doctor, pare, pare, por favor”. Evidentemente, no me hace caso. Y el cable sigue penetrándome… “¿Por qué noto tanto dolor?” “Porque los nervios no se duermen”. Me siento estafada con la anestesia local. Es un sufrimiento tan extraño, diferente y profundo que decido que, o la intervención se convierte en una tertulia o no lo voy a resistir.
En el quirófano, el cirujano me obliga a tener la cabeza girada hacia mi lado izquierdo. Allí está trabajando un enfermero con el aparato de rayos x que le va proporcionando al doctor imágenes casi instantáneas de mi tórax. Lleva un traje protector un tanto estrafalario. No puedo dejar de mirarle. “¿Y este traje?”, le pregunto. “Es para protegerme de los rayos x, porque este trabajo lo hago todos los días… bueno, en realidad lo llevo porque me sienta bien”. Consigue que sonría y que me relaje un poco. De repente, dejo de escuchar la máquina de los latidos del corazón y oigo un pitido uniforme. “¡Me he muerto!”, exclamo. Pero no es que mi corazón haya dejado de palpitar, no, es que los pitidos de esa máquina correspondían a frecuencias del bisturí. Durante los siguientes minutos no paro de hablar. Les digo que lo hagan todo extremadamente bien, porque estoy escribiendo un blog, y lo explicaré todo en Internet. Ríen y prometen una intervención perfecta.
Las manos del cirujano siguen trabajando y el dolor no se detiene. Ahora el doctor ya ha colocado el reservorio en mi cuerpo y oigo un ruido parecido al de una sierra y empiezo a oler a quemado. Un enfermero me dice que “así estamos por dentro de quemados” y consigue hacerme reír. “Yo creo que lo que queréis es hacerme a la parrilla”. Y así, tontería tras otra, me siento menos angustiada.
A la media hora, el cirujano, por fin cierra la herida, me ponen unos vendajes, y me llevan a la habitación del Hospital de día, donde una vez supervisada por el médico, me dan el alta. 3 días con calmantes y 20 sin hacer fuerza con el brazo derecho. Cuando me pregunten por la colocación del Port-a-cath, seguro que sólo recordaré la agradable tertulia que organicé en el quirófano.
17 comentarios:
Ya te digo: El 25 de octubre también entre en quirófano, Algo que es muy común en las mujeres que hemos parido varias veces, sin importancia. Me pusieron epidural, y como no paraba de hablar ni un segundo, terminaron por dormirme; el movimiento de mi cuerpo al hablar impedía el trabajo.
Supongo que los nervios a lo desconocido lo provoca, aunque soy charlatana, no lo soy tanto.
Me encanta leerte y lo valiente que eres;( aunque no lo fueses, también serias de admirar) ya sólo por lo bien que escribes y lo cerca de ti que me haces sentirme.
Ánimos, ya has dado el segundo paso a la carrera de la que vas a ser vencedora.
Mil biquiños y caricias.
Es curioso que te haya dolido. En mi caso no fue así. Lo recuerdo como una experiencia agradable. Un médico joven y guapo me puso elport'a cath, y me dijo: Vous avez de beaux seins, madame. Woww así, aunque me hubiese dolido se lo habría perdonado.
Vas a ver, la cajita redonda se hará parte de tu anatomía. En mi caso, yo no termino de agradecerle que no me duela ninguna de las inyecciones que me ponen...
Un beso,
Iris
Hola Dulòs soc la dORIS, ayyy mira em tens que deixa que et digui encara que sigui per una vegada POBRETA MEVA, que malament ho debies pasar. Tal com has relata´t el teu mal me ho he fet meu corazón. Pero hara si ho penses això te estalviarà quet deixen els bracets fets una picadora molinex, i sempre els tindràs be, i això QUE has patit ara ,pero desprès quant et posin el tractament no et faran tan de mal. BUENO PETONETS DE LA DE GIRONA. VALENTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
HOLA SOC JOOO LA DE SEMPRE ESPERO QUE AVUI NO ET FACI MAL HO QUE ET VAN POSAR EL CATETER AQUEST, ME CAXO ENDENA PERO BUENO MIRA JO TINC EL DIA 24 UNA RESONANCIA UE Y ES LA TERCERA VEGADA QUE ENTRO PER LA MATEIXA PERQUE ME ENTRA CLAUSTROFOBIA I UNA AMIGA MEEVA DON LA CASUALITAT QUE VA LA HORA ABANS QUE JO . I LI DIC HAY ISABEL NO ET FA C OSA ENTRA I SAPS QU E MA CONTESTAT SINO ENTRO PELIGRO ESTO ES UNA GRAN AYUDA PARA IR VIVIENDO Y TE RAOO O NOOOO. NO LLENçIS MAI LA TOVALLOLA SOBRE TOT PER TU I ELS QUE T´ESTIMEN COM EL TEU COMPANY. ADEUA MACA
Qué graciosa, una tertulia, yo estoy acojonada de leerte. Pensaba que el portacat no era nada y fíjate, como algún día me lo tengan que poner te voy a recordar y temblaré de pánico. Te empapaste muy bien de todo porque lo explicas con una profesionalidad de espanto. Por lo que leo, te vas a reconstruir, pues bien, ya verás como quedamos muy bien, te mando un abrazo de esperanza y confianza y te sigo.
Ana
Desde las letras de mi querida Muxica llegue aquí... y ha sido innumerable lo que te he aprendido en las pocas lecturas que he podido realizar. ¡Una mujer admirable! Un gran beso y un fuerte abrazo
A mi tambien ne lo pusieron en el mismo hospital y me dolió muchisimo salí llorando del quirófano tardaron en ponerlo como una hora y se me hizo eterno, no se me ocurrió lo de la conversación y me salian unos lagrimones de espanto. Pero ahora que llevo 4 quimios, te aseguro que el sufrimiento no fué en vano.
Hola Dulós,
No voy a opinar acerca del port-a-cath, porque de pensarlo se me pone la piel de gallina (yo es que soy muy cobarde).
También me operaron el 23 de setiembre, aunque en mi caso fue un poquito más "ligth". Me extirparon un tumor de unos 2cmm. mediante cirugía conservadora de mama.
Ahora estoy en pleno proceso quimioterápico, y como solo llevo una sesión, no puedo decir gran cosa.
En cualquier caso, aquí la protagonista no soy soy, sólo te explicaba un poquito mi situación para que vieras nuestra coincidencia en el día de la intervención.
Te quería decir que llevo días leyendo las entradas nuevas que vas poniendo, y la del port-a-cath ya me ha conmocionado.
Eres muy valiente, porque aunque seas periodista, ahora hablas de tí, y no es lo mismo que hablar de lo ajeno.
Te felicito porque tienes mucha fuerza, que sin duda te ayudará a superar este "bache"(menudo bachecito, ¿no?).
Pues nada más, solo quería que supieras que tienes otro apoyo y que te mando mucha energía.
Un abrazo,
Àngels.
EIII NOIETA ESPERO QUE SEGUEIXIS TANT FORTA DANIM COM AL PRINCIPI, AHHH I SAPS TINC GANES QUE COMENçIS EL TACTAMENT,PERQUE MENTRES MES AVIAT, MES AVIAT ET POSARÀS A PUESTO O NOOOOOO CHICA, CUIDA ´T REINA I SEGUEIXO EM LA MEVA ESPERO QUE CUANT ESTIGUIS ANIMADA MÉSCRIGUIS UN CORREO VALEEE. ADEUUUUUUUUU VALENTAAAAA. SOC LA DE GIRONA
Eres una mina. Si antes tu fuerza y tu entereza te distinguian, ahora son también esos pequeños fragmentos de titanio. Y tu valor sigue subiendo ¿te das cuenta?
Mucho ánimo, y fuerza.
Un abrazo,
Isabel F.
Hola pensaves que ja no me enrecordava de tu, bueno ja se que demà es el DIAAAA ayyy menys mal, ja veuràs que no serà tant com t´ho imagines ja ens explicaràs.BES MOLT POSITIVA I ESTO NO ES NAAA JA VEURÀSS. BESOTES DE LA TEVA AMIGA DORIS
Me alegro que sigas con tan buen humor y fortaleza!!!.
A mi me pusieron el reservorio el jueves pasado y no lo pasé mal, sólo me resultó molesto. Pero por no informarme bien ha sido tras cinco sesiones de quimio. Como aún me quedan tres y un año de herceptin, le sacaré partido, menos mal. Aún así, aunque te haya resultado durillo luego te alegrarás un montón, xq las venas sufren mucho y es un auténtico coñazo.
Mucho ánimo, cuídate.
Hola Dulós.
Estoy leyendo tu blog y sufro contigo: tengo 36 años y me extirparon un pecho en marzo. Sólo uno mismo sabe realmente el dolor que sufre pero como bien nos cuentas la familia y la pareja y los amigos de verdad son los pilares que te van a hacer llevar mejor la vida y te van a recordar las cosas bonitas de este mundo de las que otros carecen sin haberlo pedido. Hay ínnumerable gente peor y es por ello que hemos de DAR GRACIAS A LA VIDA POR LO QUE TENEMOS.
Parece que la vida nos haya puesto a prueba. ¿Y por qué a nosotras? quizá porque somos más valientes que otras y lo vamos a superar porque nos debemos a nosotras mismas y a los demás.
Yo tampoco tengo la menstruación ni sé si la tendré. Tendremos que esperar. Ponte a pensar... ¿que sería de un bebé sin su madre?. Tienes una pareja que como tú sabeis que lo que toca ahora es disfrutar de la vida, nos quedan muchos momentos por vivir.
Mira, al pedir el alta a los siete meses porque tenía muchas ganas de estar entre mis compañeros y sentirme útil me despidieron del trabajo dejando a la sustituta (aunque físicamente no se note lo que he padecido). Ese día pensé que me iba a morir de pena y no enetendía nada. Me tapé la cabeza con una manta, me puse a llorar y le dije a mi madre que quería estar sola. Cuando ví que mi madre lloraba entendí que no hay nada ni nadie por encima de lo que yo quiero.
Mi lucha era otra.
Hablar del tema demuestra que lo estás superando y que eres una VALIENTE como muy pocas.
FELICIDADES POR VIVIR. Aún nos quedan sensaciones en muchas otras partes del cuerpo, ¿no te parece?
LUCHA,LUCHA,LUCHA
FUERZA DULÓS y aquí tienes a una amiga para lo que necesites.
Alicia
lis1es@msn.com
www.lacoctelera.com/wonder es mi blog en donde hablo del cáncer de mama en "lazo rosa"
Mi querida Dulós, te sigo en el silencio y siendo tus vivencias el recuerdo de las mías hace ahora cinco años. Tienes una gran fortaleza y todo va a ir bien, me pregunto ¿nunca pensaste en publicar un libro con todas tus experiencias? de verdad que sería de una gran ayuda y más asequibles para todas aquellas personas que fueran atacadas por el terrible mal.
A mí la quimio me la inyectaban a través de la mano, las huellas aún son visibles hoy. Fueron 6 sesiones y como me bajaron las defensas tuve que ponerme, después de las dosis de quimio y durante cinco días unas inyecciones que no me gustaban nada. Lo peor la caída del pelo, pienso que esperé mucho a cortármelo del todo, pues no es agradable echar la mano a él y que se quede en las manos, no te recomiendo esta experiencia es mejor que cuando se empiece a caer rasuremos la cabeza, momento nada agradable pero que hay que pasar, además la alegría es inmensa cuando ves que pañuelos, gorros, peluca, ya no hacen falta. En mi caso la última dósis fué a finales de marzo o principios de abril, pues el día 12 pasé el último control de esta etapa y ya me dieron el alta. En junio ya tenía pelo y podía lucir "una hermosa cabellera"... no, pero el problema era pasado. Y, salvo que todo me sabía igual y que tenía los primeros días algo revuelto el estómago, no tuve ningún otro efecto secundario.
Mi médico oncólogo también es Dr. Estévez.
Admiro tu valentía y tu gran fuerza, es la mejor forma de ganar la batalla.
Abrazos.
Estimada Dolors,
la família Pijuan-Domènech ens hem assebentat de tot el que estàs passant. Voldriem que sàpigues que t'estimem i et desitgem una recuperació total que de ben segur serà així.
Una forta abraçada
Josep Mª, Roser, Marta i Tonya
Hola: Quisiera decirte que ayer me pusieron a mí tambien el portacat. Como tú pensaba que sólo pasaría mal rato cuando me pusieran la anestesia local. Y que bien has descrito todo por lo que pasaste!!!! A mí me pasó exactamente igual sólo que al final cuando ponian los puntos tambien los sentí. Lo pasé fatal. Cuando salí del quirófano y me preguntó mi marido cómo estaba, no pude aguantarme y me puse a llorar y llorar. Me habían hecho mucha pupita. Gracias por todo
Hola, el dia 8 de Marzo de 2013 me pusieron un portacath en la clinica Ruber de Juan Bravo. Mi experiencia es que no sentí nada de dolor mientras me lo pusieron. Al dia siguiente un poco de molestias y se acabó. Ahora a esperar a que me quiten los puntos.
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