Dulós:
“Nena, parece que estés trabajando, todo el día con el teléfono en la oreja y la agenda abierta”. Mi madre sonreía: se sentía orgullosa de que los amigos no se hubieran olvidado de su hija. Todos los días venían a verme y me hacían pasar un buen rato.
Sólo yo era plenamente consciente de que al cruzar el umbral de mi casa empezaría a vivir lo que era mi nueva vida. Atrás quedarían los cuidados de las amables enfermeras del hospital, la cama mecanizada, los medicamentos con el gota a gota… Ahora me enfrentaba a unos utensilios y mobiliario normales, y no sería nada fácil adaptarme a ellos.
La primera noche en casa intenté pasarla en la cama de matrimonio junto a Eduardo, pero de madrugada, desistí y me fui al salón. Las cicatrices del pecho me dolían mucho y sólo podía dormir mirando al techo. En la cama, inconscientemente, intentaba darme la vuelta, y cada dos por tres y me despertaba con un inmenso dolor. Intenté poner cojines a ambos lados de mi cuerpo, pero igualmente me daba la vuelta. Durmiendo en el sofá, al ser estrecho, no me muevo, y duermo de un tirón toda la noche. Hace ya más de un mes que he vuelto del hospital y sigo durmiendo en el sofá del salón. No sé cuánto tiempo seguiré durmiendo sin Eduardo a mi lado. La verdad es que es triste y duro.
El cirujano plástico, el Dr. Martínez Murillo, no me dejó duchar hasta pasadas tres semanas de la operación. Me ha indicado unas esponjas que llevan jabón incorporado y que no necesitas enjuagarte. Las mojas con un poco de agua, te lavas, y ¡lista! Sin estas esponjas alguien tendría que haberme ayudado a lavarme. ¡Menos mal que me encanta que me peinen, porque sola tampoco podía hacerlo!
Otro de los inconvenientes que tuve al llegar a casa fue para comer. En las axilas tenemos muchas terminaciones nerviosas, con lo cual sufrí mucho dolor en los brazos y casi no podía moverlos. A parte de que necesitaba que me cortaran la comida en trozos pequeños, el plato debía estar a pocos centímetros de mi boca, porque no podía hacer el movimiento de subir y bajar las manos. Mi madre lo solucionó estupendamente con la bandeja del microondas.
Cuando por fin puedes salir a la calle, nada de llevar peso. En el bolso, sólo las llaves de casa. El primer día, quieres verte guapa y maravillosa, después de tanto tiempo sin arreglar. Abrí el armario… esto no, esto tampoco, esto es muy ajustado, esto marca pecho, esto es muy liso… No encontré nada que disimulara que estaba plana de pecho completamente. La verdad es que me hubiera podido poner cualquier cosa con un pañuelo que disimulara un poco, pero mi suegra me dijo que mejor que compráramos algo especial que ocultara mi pecho liso. Y así nos encontramos paseando por unos grandes almacenes mi suegra, mi suegro, Eduardo y yo, buscando algo que era casi imposible de encontrar. ¿A quién se le ocurre pensar que vendan ropa para mujeres sin senos? De mostrador en mostrador, y con los hombres ya casi desquiciados pero sin atreverse a quejarse por respeto a mí, de repente vi una maravillosa blusa roja con unos volantes en su parte delantera. Me acerqué a la dependienta, se la pedí, me la probé, y me estaba bastante bien. La verdad es que los volantes distraían la atención del poco pecho que tapaban. Le comente en un susurro a la dependienta que tenía cáncer y que me acababan de quitar los pechos y estuvo muy comprensiva y cariñosa conmigo. Da gusto encontrar gente como ella.
“Nena, parece que estés trabajando, todo el día con el teléfono en la oreja y la agenda abierta”. Mi madre sonreía: se sentía orgullosa de que los amigos no se hubieran olvidado de su hija. Todos los días venían a verme y me hacían pasar un buen rato.
Sólo yo era plenamente consciente de que al cruzar el umbral de mi casa empezaría a vivir lo que era mi nueva vida. Atrás quedarían los cuidados de las amables enfermeras del hospital, la cama mecanizada, los medicamentos con el gota a gota… Ahora me enfrentaba a unos utensilios y mobiliario normales, y no sería nada fácil adaptarme a ellos.
La primera noche en casa intenté pasarla en la cama de matrimonio junto a Eduardo, pero de madrugada, desistí y me fui al salón. Las cicatrices del pecho me dolían mucho y sólo podía dormir mirando al techo. En la cama, inconscientemente, intentaba darme la vuelta, y cada dos por tres y me despertaba con un inmenso dolor. Intenté poner cojines a ambos lados de mi cuerpo, pero igualmente me daba la vuelta. Durmiendo en el sofá, al ser estrecho, no me muevo, y duermo de un tirón toda la noche. Hace ya más de un mes que he vuelto del hospital y sigo durmiendo en el sofá del salón. No sé cuánto tiempo seguiré durmiendo sin Eduardo a mi lado. La verdad es que es triste y duro.
El cirujano plástico, el Dr. Martínez Murillo, no me dejó duchar hasta pasadas tres semanas de la operación. Me ha indicado unas esponjas que llevan jabón incorporado y que no necesitas enjuagarte. Las mojas con un poco de agua, te lavas, y ¡lista! Sin estas esponjas alguien tendría que haberme ayudado a lavarme. ¡Menos mal que me encanta que me peinen, porque sola tampoco podía hacerlo!
Otro de los inconvenientes que tuve al llegar a casa fue para comer. En las axilas tenemos muchas terminaciones nerviosas, con lo cual sufrí mucho dolor en los brazos y casi no podía moverlos. A parte de que necesitaba que me cortaran la comida en trozos pequeños, el plato debía estar a pocos centímetros de mi boca, porque no podía hacer el movimiento de subir y bajar las manos. Mi madre lo solucionó estupendamente con la bandeja del microondas.
Cuando por fin puedes salir a la calle, nada de llevar peso. En el bolso, sólo las llaves de casa. El primer día, quieres verte guapa y maravillosa, después de tanto tiempo sin arreglar. Abrí el armario… esto no, esto tampoco, esto es muy ajustado, esto marca pecho, esto es muy liso… No encontré nada que disimulara que estaba plana de pecho completamente. La verdad es que me hubiera podido poner cualquier cosa con un pañuelo que disimulara un poco, pero mi suegra me dijo que mejor que compráramos algo especial que ocultara mi pecho liso. Y así nos encontramos paseando por unos grandes almacenes mi suegra, mi suegro, Eduardo y yo, buscando algo que era casi imposible de encontrar. ¿A quién se le ocurre pensar que vendan ropa para mujeres sin senos? De mostrador en mostrador, y con los hombres ya casi desquiciados pero sin atreverse a quejarse por respeto a mí, de repente vi una maravillosa blusa roja con unos volantes en su parte delantera. Me acerqué a la dependienta, se la pedí, me la probé, y me estaba bastante bien. La verdad es que los volantes distraían la atención del poco pecho que tapaban. Le comente en un susurro a la dependienta que tenía cáncer y que me acababan de quitar los pechos y estuvo muy comprensiva y cariñosa conmigo. Da gusto encontrar gente como ella.
12 comentarios:
¿Sabes? No se que decirte… Si pudiese te abrazaría y te haría una caricia. Puede parecer cursi, pero, de verdad que es lo que me haces sentir al leerte, mucha ternura y admiración.
Biquiños (besos) desde Galicia ( Lugo)
Yo también te mando un gran abrazo, desde Montreal.
Somos compañeras de lucha, y desde el otro lado del mundo, te ofrezco mi amistad y mi cariño...
Vamos a salir juntas de esto, ya verás,
Iris
MUCHISIMAS FELICIDADES!!!!!!!!, ahora a seguir caminando y disfrutando de la vida día a día.
Efectivament Dulos, vaig naixer a Barcelona, però en realitat estic vivint a València des de els 5 anys, per tant, me considere més bé valenciana, encara que Barcelona m'agarda molt.
Màlegre molt dàquesta bona noticia.
Un bes.
Mª Angeles
Qué alegría tu visita a mi blog, no sabes qué feliz me hace saber que ya tienes los brazos ágiles. Yo no puedo estar mucho rato porque se me carga el brazo enseguida y mi tendinitis no me lo permite.
Bueno, a las 3 de la tarde es la hora de la misericordia, es la hora en que atravesaron a Jesús. No se si serás creyente pero a esta hora, dicen, que es cuando más silencio hay por las calles, es un momento especial para la oración.
Tus perros son preciosos, el cáncer elige seres muy especiales, tú lo eres.
Un abrazo.
Ana
Hola Dulós,
¡Que importante labor desarrollan nuestros seres queridos ante situaciones como esta ¿verdad?
Me alegro de que te tengan tan 'ocupada'. Yo guardé todos los mensajes recibidos durante los primeros meses, más de 300, y aún me emociono cuando los repaso (es uno de mis recursos en la sala de espera de oncología).
Es evidente que los cirujanos, aunque hacen una gran labor extirpando la enfermedad que nos amenaza, no son buenos sastres.
Yo acabo de pasar la primera revisión tras mi operación y no pude evitar decírselo a mi cirujano; "las costuras me tiran, este traje que es mi piel me viene pequeño ahora, las sisas no están en su sitio".
En fin, espero que el cirujano plástico sea capaz de arreglar esto cuando pasen los efectos más evidentes de la radioterapia.
Dulós, te sigo desde Murcia, conmovida al evocar la experiencia vivida hace unos meses, pero llena de fuerza porque ya veo la meta.
Te mando mucho, muchísimo cariño, fuerza y ánimo.
Un abrazo,
Isabel F.
Has tenido suerte con la ropa, teniendo en cuenta que hoy en día la hacen para niñas anoréxicas, y que es casi imposible encontrar ropa ligera. Me gusta mucho el perro que te ha regalado quien tu ya sabes. Y lo veo más crecido que el de Scottex. Es lo que tiene, que se hacen grandes.
No me canso de leerte y hay cosas que las repito en tí, sigue contándonos, es una forma de unirnos en este luchar que nos tocó vivir.
¿Sabes? me gustaría ser esa Sra., Cristina para ser más exacta, y recibir un abrazo de tí...
En la época en que me pusieron quimio había en casa también un perro labrador "Nico", cuando me sentaba le faltaba tiempo para ponerse sobre mis pies y allí estaba conmigo echándome una mirada de vez en cuando.
Espero no molestarte con mis cosas.
Abrazos.
la valentía te hará fuerte, el amor te hará fuerte, la amistad te hará fuerte, pero el positivismo es el que hará que te comas el mundo!!
Hubo alguien una vez que me demostró que yo valía, esa persona siempre ha estado a mi lado y pienso en ella cada día,
la siento cerca de mi,
la busco en mi memoria,
la tengo presente
e intento demostrarle
que a pesar de las heridas
el amor siempre aparece.
esa persona eres TU, la amiga, la jefa, la compañera de fatigas y el hombro de las penas. eres ESPECIAL y AFORTUNADA nunca lo dudes, aunque a veces es difícil vislumbrar la luz en medio del túnel. TE QUEREMOS MUCHO GUAPA
HOLA NINETA VAIG CONTROLANT I VEIG QUE NO HAS ESCRIT RES, EL DIA 4 VAS ANAR A SABER RESULTATS I BUENO EM FA POR SABER COM ESTAS PERQUE AIXO QUE NO HAGIS ESCRIT RES EM FA QUE PENSAR, ESPERO EQUIVOCAR-ME CUQUI EM FARIA FELIç. BUENO BESOTES DE LA GIRONINA QUE MES T´ESTIMA. DORIS
Hola.. te escribo desde otro hospital, no soy yo la enferma, es mi madre, que este año le han operado por segunda vez de un tumor cerebral.. he leido buena parte de tu blog.. me he emocionado (el hermano de mi madre está en tu Hospital, en dos meses los dos... internados..) el tiene metastasis y lo está pasando fatal..
En fin que no te quiero contar penas.. solo que muchísimo ánimo, que eres fuerte y valiente y un ejemplo para muchísimas personas..
Un beso grande,
Curra
Querida Dulos no se sí algún día leerás este comentario pero solo quisiera que sepas que estoy muy agradecida contigo por tomarte el tiempo de escribir y relatar tus experiencias gracias porque me llenan de esperanza y fortaleza!
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