
martes, 28 de julio de 2009
¡La vida me da una nueva oportunidad y no la pienso desperdiciar!

jueves, 23 de julio de 2009
La reina de los efectos secundarios

Mis padres siempre me han contado que desde muy pequeña ya era una niña con una personalidad muy fuerte. Según ellos, era muy impetuosa y tenaz, y también, tozuda y muy segura de mí misma. Cuando quería algo, era muy difícil hacerme cambiar

También era muy espontánea y natural y si quería vestir de un modo informal o alzaba la voz sin darme cuenta, mi padre me aseguraba que yo no era Domènech-Ruera. Y me explicaba con todo detalle que un buen día, mientras


Toda esta histor
Edu quería transmitirme la confianza que él sentía en el resultado positivo de la prueba. Y me invitó a comer a un buen restaurante. Se sentía optimista y quería que yo me sintiera tan feliz como él. Yo comí poco, pero él se puso entre pecho y espalda una fabada que le
Al llegar a casa, vi un poco la tele, me conecté a internet, doblé la ropa limpia, puse el lavavajillas… Me sentía bien. Pero alrededor de las seis de la tarde sentí morirme. Desde esa hora y hasta las tres de la madrugada tuve continuas náuseas y vómitos, me dolía mucho el estómago, padecí un fuerte dolor de cabeza, y me salieron unos enormes granos en las axilas y debajo de los pechos. En un primer momento me asusté, y enseguida busqué en internet los efectos secundarios de los radiofármacos, y descubrí que los padecía “todos”. Aluciné. Leí: “Efectos secundarios, algunos de los cuales se dan en muy “raras” ocasiones”. Me quedé helada. Todos los que se detallaban en la larga lista, estaban en mi cuerpo.
lunes, 13 de julio de 2009
De nuevo el cáncer amenaza

A las diez de la mañana del día siguiente estaba sentada en su consulta. Me temblaban las piernas. Casi no podía articular palabra. La doctora estudió detenidamente los análisis. Buscó mi histórico en este tipo de examen y vio que en algún otro momento, antes de padecer cáncer, también tuve este marcador un poco alto. Su diagnóstico fue el siguien
lunes, 6 de julio de 2009
Un cumpleaños muy feliz
Gracias por haberme dado tanta "vida
Dulós, 6 de julio de 2009
cumplo "0" años gracias a tí...
jueves, 2 de julio de 2009
Es hora de empezar a reparar mi cuerpo
Un año prácticamente sin pisar la calle. Un año metida en casa y en el hospital, en el que sólo he salido lo justo. Han sido 10 meses de reclusión forzosa con algún viaje corto y en coche, eso sí, de copiloto. Y poco más.
Todo ind

Hace pocos días hice mi primera inmersión en el mundo de la gente “corrie
Unos días antes de la celebración, me miré al espejo. Me dije: Dulós, creo que nec

Lo primero, fue visitar un centro de belleza. Era mi primera depilación después del cáncer. En cuanto a las uñas, la quimioterapia produce

Hace unos días decidí raparme la cabeza de nuevo porque empezaba a crecerme el cabello, pero dejando muchas calvas. Ahora, he visto que es la mejor decisión que pude haber tomado. Empezó a crecer otra vez el
Otra de los cuidados urgentes que necesita mi cuerpo son los dientes. Mis dos incisivos centrales superiores han quedado muy separados entre sí por culpa de lo que sufre la boca y las encías por la quimioterapia. Hace unos días he visitado a mi dentista, Marta, pero me ha dicho que la quimio me ha dejado también dos caries. Me ha quitado una. Ahora tengo cita para eliminar la otra. Arreglar los incisivos, será en el siguiente encuentro.
La piel de todo el cuerpo me ha quedado extremadamente seca. Utilizo jabones de baño muy hidratantes, y cremas o aceites para desp

Mucho trabajo me costó acudir a la fiesta de mi amigo con un “look” que yo consideré “aceptable”. Incluso me a

Fue una fiesta muy agradable y divertida. Conversé, reí, conocí a gente muy interesante… y aguanté como una leona. Hacía tanto tiempo que no salía que quería aprovechar hasta el último segundo. Gracias amigos. Gracias a la vida.
martes, 30 de junio de 2009
El comienzo de una nueva amistad: mis pechos y yo
Nueve meses después de la mastectomía bilateral, por fin he sido capaz de palparme las mamas. Hasta hoy, tan sólo las acariciaba suavemente cuando me duchaba o cuando les ponía crema hidratante o aceite de rosa mosqueta. Ha sido un momento totalmente estudiado, pensado, premeditado. Hacía días que me daba vueltas por la cabeza la idea de empezar a entablar una relación con ellas, ya que tendremos que convivir hasta el resto de nuestras vidas. Pero sólo imaginarme la situación me creaba pánico, dolor en el estómago y ganas de llo

De momento, mis duchas diarias han cambiado. Enjabono mis pechos con más entusiasmo que antes, no como cuando no me atrevía casi ni a tocarlas. Ahora las limpio como cualquier otra parte de mi cuerpo. Empiezo a sentirme orgullosa de ellas, aunque todavía estén “a medio cocer”. Los pezones todavía tendrán que esperar.
- “Tú verás… si quieres, mañana mismo, pero no te podrás bañar en una piscina en un mes, y tendrás que ir con vendajes en los pechos.”
Evidentemente, opté por aplazar la operación hasta pasado el verano. “Qué más da”, me dije, y me conformé.
Salí muy animada de la consulta. El doctor me enseñó unas fotografías de unos pezones que había reconstruido a otra paciente y parecían totalmente naturales. ¡Eran e
- “Los tuyos van a quedar mucho mejor” –afirmó con una sonrisa-
- “Lo sé” –contesté-
Le devolví la sonrisa. Nos deseamos un buen verano. Y me fui soñando con los pezones de la fotografía.
viernes, 26 de junio de 2009
Cáncer y sufrimiento

Mi hermana mayor, Lourdes, y yo, nos llevamos tan sólo catorce meses. De pequeñas éramos casi como dos gotas de agua. En algunas fotografías, me cuesta reconocer quién es quién. Durante la infancia



En el año 2000 me casé muy enamorada, pensando que había encontrado al hombre de mi vida. Pero no fue así. Porque años más tarde, mi marido, sin escrúpulos, permitió que quedaran sobre mis espaldas muchos millones de pesetas de deudas de sus negocios y me quedara en la calle. Al fin nos separamos.
Durante años he sentido rencor; rencor hacia determinadas situaciones que consideraba inmerecidas. Pero he descubierto que el rencor sólo mina a uno mismo. Sólo sufre el que odia, no el que es odiado. Después de cargar con este rencor durante años, hoy puedo decir, después de pasar lo peor de mi enfermedad, que lo he roto en mil pedazos y lo he desterrado de mi vida.
“Hace dos mil años, el médico romano Galeno observó que las personas deprimidas eran especialmente propensas a desarrollar la enfermedad que hoy conocemos como cáncer. En 1759, un cirujano inglés escribió que el cáncer estaba relacionado con “los desastres de la vida, los que causan sufrimiento y dolor”. En 1846, las autoridades médicas británicas consideraban que el sufrimiento mental, los cambios repentinos en lo económico, los temperamentos sombríos… son la causa más poderosa de la enfermedad”.
El autor del libro relaciona el estrés psicológico con el cáncer. De todas maneras, los oncólogos actuales no se ponen de acuerdo respecto de la validez de este tipo de afirmaciones.
Mis dos hermanas me ayudaron mucho durante mi separación y divorcio. También durante mi enfermedad, en la que cada una ha hecho todo lo que ha podido. Y me siento orgullosa de ellas. Han estado pendientes en todo momento de mí. Y sé que lo han pasado mal, muy mal, sencillamente, porque me quieren.
El fin de semana pasada fui a verlas. Mi hermana pequeña está con mucho lío, entre el trabajo y criar a sus dos preciosos hijos. Como siempre intenta agasajarme, además de darme cariño, me regaló una pulsera, y me dijo:
A mi hermana mayor, Lourdes, la vi tan sólo durante unas horas. Eduardo y
¡Estoy contenta, porque tengo una gran familia!
martes, 23 de junio de 2009
Todas contra el cáncer

Dulós:
Elegante y sofisticada. Natural y espontánea. Todo en una misma persona. Así es Sandra Ibarra, que me presentaron un mediodía de hace ya más de siete meses. Sin apenas conocerme, toda ella fue cariño y fuerza hacia mí, y consiguió que viera el cáncer como a un pequeño diablo al que machacaría sin perdón.

La mayoría de espectadoras de la sala éramos también mujeres enfermas, ex enfermas, o parientes de enfermas. Se derramaron muchas lágrimas, no de tristeza, sino de emoción.
Eran bañadores que reflejaban las tendencias actuales de la moda y que además permitían lucir una figura cien por cien femenina.
Al salir del desfile, medité sobre la pérdida de mis pechos, y arropada y rodeada por tantas mujeres como yo, vi claro que la Dulós original resurgía de sus cenizas. Tuve deseos de sumergirme en el mar y tomar el sol en bañador.
Espero que las pruebas y análisis de este mes de junio salgan bien, y que en verano, pueda ya llevar una vida más o menos “normal”. Será entonces cuando tenga ya la fuerza suficiente para explicar a los cuatro vientos que el cáncer se cura. Es una dura lucha, pero hay que armarse bien y combatir. Y en esta guerra la depresión no tiene cabida.